“Proyecto Tiburón Toro” y Fundación Rango Extendido para proteger los mares de México

Ciudad de México. En una alianza crucial para la conservación marina, la Fundación Rango Extendido, liderada por el biólogo Mauricio Hoyos Padilla, ha puesto en marcha el “Proyecto Tiburón Toro” en la bahía de Topolobampo, Sinaloa.

Esta iniciativa no solo busca estudiar y proteger a esta emblemática especie, el tiburón toro (Carcharias taurus), sino que también refleja la misión principal de la fundación: salvaguardar la megafauna marina de México a través de la investigación científica, la educación ambiental y el empoderamiento de las comunidades locales.

Misión y alcance de la Fundación Rango Extendido

La Fundación Rango Extendido se ha consolidado como una pieza clave en la conservación de los océanos. Su nombre alude a la creencia de que la protección de una sola especie, o de un ecosistema en particular, tiene un impacto que se extiende mucho más allá de su rango geográfico, beneficiando a todo el medio marino.

La fundación se especializa en la investigación y monitoreo de grandes depredadores como tiburones, ballenas y tortugas marinas, utilizando tecnología de punta para obtener datos precisos sobre sus comportamientos y rutas migratorias.

A través de este trabajo científico, Rango Extendido desarrolla estrategias de conservación que son comunicadas a los tomadores de decisiones y, de manera crucial, a las comunidades que viven de los recursos del mar.

Su filosofía es que la ciencia debe servir como una herramienta para la educación y el desarrollo de prácticas más sostenibles, promoviendo una coexistencia pacífica entre el ser humano y la vida silvestre.

El tiburón toro

En el marco del proyecto Tiburón Toro, los biólogos implementan una técnica de captura temporal que es segura tanto para el animal como para los investigadores.

Utilizan un anzuelo especial sin punta para evitar cualquier daño, y al colocar al tiburón panza arriba, inducen un estado de inmovilidad natural que facilita la colocación de un transmisor subsónico. Este dispositivo es fundamental, ya que envía datos que permiten a los científicos rastrear los movimientos del tiburón, identificar sus zonas de reproducción y entender sus hábitos de vida.

Esta valiosa información es la base para diseñar estrategias de conservación efectivas, como la creación de áreas marinas protegidas.

El tiburón toro, conocido por su robusta complexión, tiene características que lo hacen único. Aunque su apariencia con los dientes afilados y triangulares puede ser intimidante, es una especie generalmente dócil con los humanos.

A pesar de esto, se encuentra en la lista de especies vulnerables de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), lo que subraya la importancia de este proyecto.

Su agudo sentido del olfato, potenciado por las células de Lorenzini, le permite detectar presas como peces y crustáceos con gran precisión.

La temporada de avistamientos en la bahía de Topolobampo, que va de julio a octubre, sugiere que la zona es un punto de agregación vital para la especie.

Mauricio Hoyos, biólogo de la UNAM con posgrados en el IPN, ha dedicado más de 20 años de su vida a la protección de tiburones, con logros significativos en la conservación del tiburón blanco en la Isla Guadalupe y la protección del arrecife de coral en Cabo Pulmo.

Su liderazgo en la Fundación Rango Extendido y en este proyecto en particular demuestra su compromiso con la protección de la biodiversidad marina de México, un país que alberga cerca del 20 por ciento de las 500 especies de tiburones que existen en el mundo.

El “Proyecto Tiburón Toro” es un claro ejemplo de cómo la ciencia, la educación y la colaboración comunitaria pueden unirse para asegurar un futuro más prometedor para nuestros océanos.