Ghost, dantesco aquelarre en el Palacio de los Deportes

Ciudad de México, México. Un dantesco aquelarre de rock entregó la banda sueca Ghost haciendo vibrar al Palacio de los Deportes la velada de este 24 de septiembre, destacándose por ser un acto sin celulares como parte de su gira Skeletour World Tour.

La locura estalló desde los primeros pasos del Papa V Perpetua, actual personaje alter ego del enigmático vocalista Tobias Forge, rasgando “Peacefield” y “Lachryma”.

Ataviados de enlutado color negro, su demoniaco ensamble de músicos llamados Nameless Ghouls, derrocharon poderosa gala de rock fantasmal acompañándose de vampirescas coristas, encendiendo a las almas a los ritmos de “Spirit”, “From the Pinnacle to the Pit”, “Majesty”, “The Future Is a Foreign Land” y “Devil Church”.

Luego de haberse cancelado su primer show del 23 de septiembre en el Domo de Cobre, debido a que Tobias Forge padeció una intoxicación alimentaria, el líder vocalista se disculpó por su malestar estomacal, conocido por la expresión popular “La Venganza de Moctezuma”. Así se confesó ante sus fieles:

“¡Buenas tardes, México! ¿Cómo están? Gracias por preguntar. Hoy me siento mejor, así que siento mucho lo de anoche”.

Estruendosamente le cobijaron en gritos al unísono:

“¡Sí se pudo, sí se pudo!”.

Ghost resarció a su fanaticada en cada rola, la entrega fue demencial por parte de la agrupación originaria de Linköping, Suecia, fundada hacia 2006. Al igual sus seguidores confabularon una catártica celebración olvidándose por completo de sus celulares, disfrutando del momento a cada acorde, dando nota a “Cirice”, “Darkness at the Heart of My Love”, “Satanized”, “Satan Prayer” y “Umbra”.

El show dividido en episodios diseñó atmosferas de arte oscuro, la pantalla a telón de fondo figuró vitrales de catedrales góticas, proyectándose macabras efigies en tanto flotaba una luminosa cruz invertida en escena. En el tablado borboteaban llamaradas y lengüetazos flamígeros, estremeciendo los coreos de “Year Zero”, sin faltar “He Is”.  

Un público diverso generacional estilizó en cánticos de principio a fin, menando los cráneos y levantando las manos con la señal cornuda en honor a satán, observándose algunos sectores disfrazados y maquillados al estilo cadavérico de Forge.

El tiempo se fue volando, navegando hacia el ocaso en “Rats”, “Mummy Dust” y “Monstrance Clock”. El finiquito obsequió “Mary on a Cross”, “Dance Macabre” y “Square Hammer”. A los filos del escenario Tobias Forge rendía reverencias gratitudes, siendo custodiado por sus Nameless Ghouls portando sombreros de charro. Potentes aullidos de los reunidos hacían retumbar al inmueble de Iztacalco por una inolvidable celebración de rock. Este jueves 25 incluyen fecha en el mismo recinto.   

Crédito Fotos: César Vicuña / Ocesa.