Ciudad de México, México. La cantante Natalia Lafourcade brindó emotiva bohemia “Cancionera: Un Canto a Nuestras Raíces” en segunda fecha en el Auditorio Nacional, entregando un recorrido sonoro luciendo radiante compartiendo su maternidad ante su público.
Desde los primeros pasos de la artista de 41 años cautivó a sus seguidores dando nota a “Cancionera”, “Cariñito de Acapulco”, “Mascaritas de cristal” y “De todas las flores”.
Ataviada de blanco, presumiendo su embarazo de siete meses y una semana, se le observaba contenta, brindando saludo a su gente:
“¡Muchísimas gracias buenas noches, nuevamente! ¡Qué felicidad enorme! ¡Tenemos todas unas maripositas y libélulas revoloteando aquí en el corazón, en la barriga, en la barrigota que tengo acá! ¡Eso sí que no lo esperábamos, ha sido una sorpresa maravillosa y pues me siento bien empoderada!”.
Rindió gratitud a sus seguidores en redes sociales, luego de que el show fue transmitido en vivo vía streaming en sus cuentas oficiales de Instagram y Facebook:
“Tengo un motorcito de amor para regalar a todo el mundo que nos está viendo desde muchos lugares, en sus casas, seguramente en sus celulares, en sus plataformas. Ahí está conectada muchísima gente con nosotros, esto es un canto a nuestra raíz, a la vida, un canto para celebrar, celebrar el camino, celebrar a la canción”.
Dedicó a las infancias “Pajarito colibrí” y sobrevoló hacia “María la Curandera”. Convidó a escena al cantautor sinaloense David Aguilar al rasgar de “Cómo quisiera quererte”, “Soledad y el mar” y “El coconito”, incluyendo “El palomo y la negra”.
La producción sin parafernalias fue edificada en atmósferas intimistas. Un gigantesco telón azulado fondeaba al ilustre ensamble de músicos integrado por Rodrigo Oliveros (requinto jarocho), Alejandra Paniagua (arpa y coros), Tlali Maribel (marimbol y coros), Ehekatl Arizmendi (jarana, guitarra y bajo sexto), Alfredo Pino (trompeta), Jorge Gamboa (contrabajo), Uriel Herrera (batería), Luis Quintero (percusiones) y Emiliano Dorantes (piano).
Para el concierto 38 de la gira “Cancionera” (que también le da nombre a su reciente disco), delineó las emociones al son de “La bruja” y “Nunca es suficiente”. Coreos ensordecedores retumbaban hasta el último rincón en el coloso de avenida Reforma:
Y tú te vas jugando a enamorar
Todas las ilusiones vagabundas que se dejan alcanzar
Y no verás que lo que yo te ofrezco es algo incondicional…
Emergió Adán Jodorowsky entregando “Luna creciente” y añadiendo “El lugar correcto”. Sin pausas trepidaron los corazones en “Tú sí sabes quererme”.
El ambiente imperaba en buena vibra festiva afinando “Mi tierra veracruzana” y “La bamba”, sin faltar “Lo que construimos”. Lafourcade lanzó profundo mensaje en unión de las humanidades y en contra de los conflictos bélicos:
“El mundo está pasando cosas tan jodidas y tontas, mucha gente sufriendo en este mundo, que la música nos una, que la música nos recuerde que somos un todo. Qué feo un genocidio, qué feo una guerra estúpida, qué feo que haya niños sufriendo, niños con hambre, familias sin casas. Que no se nos olvide esas hermandades, ese tenernos agarraditos, ese conectarnos desde el corazón, desde el alma, desde la raíz”.
Velozmente cantó “Hasta la raíz”, vislumbrando el ocaso hacia “Cocos en la playa”. El finiquito dorado fue firmado inexorablemente en “Partir de mí”. Natalia Lafourcade fue cobijada en clamores ensordecedores del Auditorio Nacional en localidades agotadas, en donde se incluye fecha extra el próximo 7 de octubre.
Crédito Fotos: Lulú Urdapilleta / Ocesa.






